Hablo, otra vez,
Aunque suave y manso
Con mi mirada de gato calmo
Del puto dolor.
Taladrándome,
Como a una encina quebrada
Con las ramas dormidas,
Sumergidas, vacuas, fláccidas.
En silencio
Busco el nombre de aquello,
De la cosa tan atormentadora
Consigo palpar una nube negra
Delante de mis ojos
Y oh
tropiezo con mi propio ser.
Caigo al suelo fulminado
Derrotado por mi propia voz
Los tentáculos de la noche
pululan cerca de mis dedos
noto su hálito sangrante…
me salva
una fugaz mirada al firmamento
o quizás una mirada
que me lanza el propio firmamento
tocándome con sus ojitos puntiagudos,
preguntándose de donde
salieron esas dos brillantes béstias negras
Desumergiéndome,
Sin cielos en mi vista
Y con la mandíbula apretada
Arrancaré mi dolor de mi pecho
Con una piedra negra y nihilista
Que estalle los cien sueños brillantes
De un firmamento que no existe
Más que en mi pecho que lo busca,
Y ni así acabaré jamás
Con este puto dolor.
Suena: Metallica - Orion
