Hormigas de ceniza
Informe telediario ermita ráfaga de aire
Destilado de rara avestruz
Colgada de imposibilidad
De remojo ahogado
En el cerrojo de un espejo
Sueño raído silencioso
Cuesta nombrarlo…
Parar el río que me ciega
Es una oportunidad vacua
El río mismo me llena de voz
Y decir que no me duele el agua fría
No significa que no apague mi sed
El dolor no tiene
Un buen verso
Que lo valga
Sin embargo siempre le escribo
Y vivo igualmente en su dorso
Cuando me encaramaba en su rostro
Cuando sus mantas oscuras me ensuciaban
su tierra era mía
y comía de su mano
ya no existe tal aguja
que me descosa el costado
pero recuerdo su amargo regusto
y a veces me doy cuenta que no me dolía tanto
que el dolor es un color
y a veces dime raro
que según cual
hasta lo echo de menos.
¿no os ha pasado
Eso que echáis de menos un dolor?
A mi sí
Quizá tendría que haber
Empezado por aquí.
10 comentarios:
claro que cuesta
nombrarlo
reconocerlo
superarlo
y sobre todo curarlo...
muakis de luna
Me encantaron tus hormigas de ceniza.
Saludos!
Pues haber empezado por ahí. El poema es extrano y único. Me ha gustado el yo lírico desnudándose e interpretando el papel de sincero. Tendré que pasar más a menudo por aquí.
y si, y cuando ese dolor se extraña en demasía, corremos a su encuentro, para no olvidarle por completo...
un beso y gracias.
Prefiero el dolor que el encefalograma plano cotidiano.
Buen poema.
elisa, gracias por tu comentario
besos a ti tambien
hiperion: La verda es que ni siquiera me havia percatado de haver escrito eso,
es curioso si.
txell: Me gusta que te guste! ajaj pasa cuando quieras serás bien recibida.
cieloazzul: Exactamente y... no hay de que
sí, pero en pleno dolor, muchas veces lo darías todo por ser ese encefalograma plano
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