Drama
de heridas abiertas
de sangre
alcohol
humo negro
clavándose en el pecho
Ardor
maligno
poros
brotando nieve,
por un segundo
de cielo abierto
por un segundo
de aire inesperado
monstruo en mis tripas
cuello abnegado
etílico insomnio.
Olor a caramelo quemado
cuando se queman mis alas
entrelazadas
en una nube de plumas negras
y mi cabeza gris oblicua
que llora
oh sí llora
como llora
otra vez.
6 comentarios:
Llora cuando no sepas llorar ni sufrir, entonces llorarás sin fin...
De mientras, Alburquerque, cosas asín...
Rodolí-n.
Red-olín. (hijo de Odin)
Es lo que tiene el caramelo quemado, acaso nos sepa bien, pero luego hemos de pagar el bienestar efímero.
Saludos
que efímeras son las dulzuras en la existencia
absolutamente desgarrador
abrazooooo Dani
Desgarrador poema. Estos llegan, ya te digo si llegan.
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