jueves, 2 de diciembre de 2010

Drama
de heridas abiertas
de sangre
alcohol
humo negro
clavándose en el pecho

Ardor
maligno

poros
brotando nieve,

por un segundo
de cielo abierto

por un segundo
de aire inesperado

monstruo en mis tripas
cuello abnegado
etílico insomnio.

Olor a caramelo quemado
cuando se queman mis alas
entrelazadas
en una nube de plumas negras

y mi cabeza gris oblicua
que llora
oh sí llora
como llora
otra vez.

6 comentarios:

Red Pèrill dijo...

Llora cuando no sepas llorar ni sufrir, entonces llorarás sin fin...


De mientras, Alburquerque, cosas asín...

Red Pèrill dijo...

Rodolí-n.

Red Pèrill dijo...

Red-olín. (hijo de Odin)

Trini Reina dijo...

Es lo que tiene el caramelo quemado, acaso nos sepa bien, pero luego hemos de pagar el bienestar efímero.

Saludos

lichazul dijo...

que efímeras son las dulzuras en la existencia
absolutamente desgarrador

abrazooooo Dani

Verónica Calvo dijo...

Desgarrador poema. Estos llegan, ya te digo si llegan.